En el ámbito familiar, podemos seguir ciertas pautas que pueden ayudar a disminuir la ecolalia, así como a favorecer la comunicación, con sencillos ejemplos:
- Debemos elaborar oraciones claras o hacer preguntas directas: “¿Quieres pan?”, “Hay que estar sentado” son ejemplos de frases que evitan posibles dudas, ya que indican de manera clara la información que queremos hacer llegar, sin que otros elementos puedan dar lugar a que ésta se pierda.
- Usar un vocabulario sencillo y que le resulte familiar. No debemos usar tecnicismos ni palabras que no sean acordes a su edad en el caso de los niños, o que sepamos que no son habituales en su entorno aunque se trate de un adulto.
- No utilizar enunciados muy largos o complejos, porque con ello solo conseguiríamos dificultar su comprensión, y que se pierda en esa gran cantidad de palabras.
- Evitar frases de doble sentido, refranes o frases hechas, ya que este tipo de enunciados no los van a entender, a no ser que se le hayan enseñado previamente.
- Hablar de forma pausada y relajada. No debemos alterarnos ni hablar deprisa, porque esto va a dificultar la comprensión.
- En caso de conversar sobre cosas complejas, indicarlas en pasos sencillos para que el paciente pueda entenderlo. Por ejemplo, para indicarle la siguiente orden: “Recoge el pantalón azul que está guardado en el armario de tu habitación”, debemos hacerlo dividiéndola en tres órdenes mas sencillas: “Ve a tu habitación”, “Abre el armario”, y “Coge el pantalón azul”.
- Darle un margen de tiempo para responder. Debemos esperar a que procesen la información que se les ha dado y a que elaboren una respuesta.
- Trabajar con el paciente con ecolalia habilidades sociales y role playing (simulaciones), lo que va a favorecer el aprendizaje de estrategias para interactuar con las demás personas. Simular situaciones cotidianas recreando el ambiente para poder entrar en situación como por ejemplo ir a comprar, la entrada en el colegio, presentarse a un niño en el parque, cómo pedir algo en un bar…
- Apoyo con imágenes, SAAC (Sistemas Alternativos y Aumentativos de la Comunicación), pictogramas. Utilizar cuadernos personalizados , en el que se le faciliten fotos y pictogramas de personas cercanas, familiares, amigos, profesionales, acciones cotidianas…, en el cual se puedan apoyar para expresar sus sentimientos e intenciones.
- Elegir un ambiente tranquilo, sin ruido o distracciones notables para charlar con el paciente. Cualquier ruido y sonido de fondo como una televisión, una radio, o varias personas hablando o realizando actividades alrededor, pueden dar lugar a ecolalias; por eso debemos procurar mantener la comunicación en un ambiente distendido y tranquilo.
- A la hora de dar órdenes verbales que impliquen más de una acción, debemos separar las órdenes y pedir que las haga una a una, favoreciendo así la comprensión.
Para poder diferenciar si una ecolalia es funcional o no, podemos ofrecer al niño/a un juguete y preguntarle si quiere un muñeco. Si contesta muñeco, podemos entender que lo quiere. Después le preguntamos si quiere la pelota. Si el niño/a contesta pelota, comprobamos que es una ecolalia de la última palabra que está escuchando. Por otro lado, si la respuesta es muñeco, hay una intencionalidad comunicativa que nos indica que quiere el muñeco y no la pelota.
Acompañar la preguntar con el gesto de señalar el objeto que quiere, nos puede ayudar a saber qué es lo que quiere realmente, aunque con las palabras nos diga lo contrario.
En niños con Autismo y, que presenten ecolalia, el uso de ayuda visual nos va a aportar más información de lo que nos quieren comunicar.
En estos casos podemos trabajar para reducir el número de repeticiones y mejorar la comunicación de estos niños/as, siendo el objetivo final la reducción de las ecolalias. Se trata de enseñar estrategias para mejorar la funcionalidad del lenguaje y así poder relacionarse en su entorno más cercano. Es importante que la familia aporte información sobre los gustos e intereses del niño/a para elaborar material personalizado, mediante la creación de situaciones y preguntas cuyas respuestas sabemos previamente. Así, podemos ofrecerle el modelo correcto de respuesta favoreciendo la funcionalidad de su lenguaje.
Conociendo los gustos e intereses del niño/a, podemos utilizar algún tipo de coletilla que le permita comunicarse y hacerse entender mejor. Dependiendo del tipo de ecolalia que presente el niño/a, debemos intervenir de una u otra forma. Si el niño/a presenta una ecolalia demorada pero que es funcional, es decir, con una intención comunicativa, debemos aprovecharla para ofrecerle el modelo correcto, sustituyendo la ecolalia.
Cuando la ecolalia se produce de forma inmediata, debemos enseñarle a diferenciar en qué situaciones puede usar la ecolalia para comunicarse, eliminando las frases o palabras que no debe repetir y cuáles si puede repetir.
Cuando la ecolalia no es funcional, impide el desarrollo del lenguaje y la comunicación, por lo que debemos eliminarla, enseñando en qué situaciones no debe usar la ecolalia.
En los casos en los que existe ecolalia, también podemos emplear técnicas conductuales como autorregistro, reforzamiento de conducta o la técnica del tiempo fuera, por lo que se trata de un trabajo interdisciplinar en el que debemos coordinarnos con el psicólogo o psicóloga.