Guía infantil de la salud de utilidad cuando nuestro hijo está enfermo

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Para cualquier padre o madre ver a su hijo correr, jugar y sentirlo lleno de energía es la mayor de las bendiciones aunque eso conlleve que nosotros vayamos con la legua fuera corriendo tras ellos. Sin embargo la salud y la enfermedad son dos situaciones que se alternan con frecuencia a lo largo de la vida de un niño.

Cuando esta situación: “el peque está enfermo” aparece,  aparecen con ella otras situaciones que nos afectan y nos desequilibran.  Además de los cuidados que necesita vuestro hijo, el resto de la familia también tendréis que prestar atención a vuestra salud emocional.

Y … ¿qué podemos hacer cuando un niño enferma?

Pues aunque no nos lo parezca, hay muchas cosas que podemos hacer. Lo primero de todo informarnos, no hay nada que genere más ansiedad que no saber hacer frente a una situación, pregúntale a tu pediatra todas tus dudas.

Vive este momento y esta situación, está bien que nos organicemos  y nos planifiquemos porque sin duda esta es una situación que necesitará reajustes domésticos y laborales, pero no nos agobiemos imaginando situaciones que están por venir, muchas veces, la mayoría,  los problemas futuros que nos planteamos nunca llegan a producirse. Centrémonos en lo que se puede hacer ahora.

Mantengamos una actitud positiva.  Somos mucho más capaces de lo que realmente pensamos, los papás podemos con todo porque cuando la situación nos supera pedimos ayuda  a nuestros familiares y amigos, aceptamos nuestras limitaciones y posibilidades reales y eso ya nos ayuda para seguir adelante.

Seamos pacientes, seamos asertivos, en definitiva seamos conscientes de que cuando uno de nuestros peques está enfermo esto afecta a toda la familia y no todos reaccionamos igual ante la presión y el estrés. Expresemos nuestros sentimientos y preocupaciones a nuestra pareja buscando apoyo, no enfrentamiento ni recriminaciones, seamos realmente conscientes que este tipo de situación no es culpa de nadie, forma parte de la vida misma.

Sea cual sea la enfermedad de nuestro hijo hablemos de ella en casa con normalidad, hagamos participes de la misma a todos los miembros de la familia, nuestra familia es única, es la nuestra y lo que le ocurre a un miembro de la misma nos importa y nos afecta a todos.

De la misma manera, nuestro peque enfermo es parte de la familia, pero no debe ser el centro de atención de la misma, está enfermo pero  aun así puede hacer un montón de cosas, déjalo que desarrolle sus capacidades, esto mejorará su autoestima y su autonomía. Trátalo de la misma forma que a sus hermanos, con normalidad, con las mismas normas y límites.

Los hermanos siempre son los grandes olvidados, tenemos que ser conscientes que ellos nos siguen necesitando de la misma manera, y que la mayor parte de las veces no entienden que nuestro tiempo si es limitado. Hablemos con ellos, expliquémosles la situación sin perder la paciencia, hagámoslos participes siendo nuestros “ayudantes especiales”, eso les hará sentirse importantes para nosotros.

Si lo necesitas, recurre a asociaciones con la misma enfermedad de tu hijo. Ellos ya han pasado por lo mismo que vosotros estáis pasando, os darán información valiosa y apoyo emocional.

Como padres que somos, además de empatizar totalmente  con vosotros  y echaros una mano con estos pequeños consejos queremos compartir con vosotros “La guía monstruosa de la salud” un libro que nos encanta porque está redactado en clave de humor  para toda la familia, nos parece el libro ideal para leer todos juntos y aprender y transmitir a nuestros hijos que la salud y la enfermedad forman parte de nuestro día a día.

http://www.actividadeseducainfantil.com/2014/10/guia-monstruosa-de-la-salud.html